1. Directos:
Estos beneficios están directamente vinculados y pueden ser cuantificados monetariamente al obtener el ahorro en energía.
2. Indirectos:
No siempre pueden cuantificarse y son percibidos en otros puntos de los procesos, por ejemplo: mejoras en la operación y mantenimiento de equipos, estética, climatización, etc.
3. Locales:
Principalmente en la reducción de emisiones contaminantes que afectan a la salud de las personas y dañan el medio ambiente.